Crónicas de feria. Día 2 en la #FENALEM

Crónicas de feria. Día 2 en la #FENALEM

Por Perla Urbano

Ahí estábamos, sintiendo el abrazo a través de las pantallas de nuestros dispositivos. Es que sí, hay que estar atentas todo el día a la programación, a las invitadas, al público, a la transmisión. Y no se deja de lado lo de siempre: alimentarnos, alimentar a la familia, limpiar, rebelarse, sobre todo rebelarse y hacer entender que lo que acontece requiere nuestros siete sentidos. Y es que nos llamaron “manada de lobas” y decidimos creerlo. Y asumimos nuestro estado civil: escritoras, y sí, estamos bien comprometidas.

Entre los nervios de algunas y la mucha alegría de todas, nos acompañamos en el segundo día. Miércoles, mitad de semana, mitad de este acontecimiento, escenario perfecto para encontrarnos con la literatura sureña del país.

A las once, Damaris Disner impartió el taller para niñas y niños titulado “Cáscaras de papel”. En la intimidad que la plataforma permite, los testigos permanecen anónimos. Pero lo sabemos nosotras igual que ustedes, ocurrió la magia, la que siempre se hace presente en la infancia, la que nos permitimos a veces, entre las letras.

A mediodía, en la mesa de literatura infantil, Clara del Carmen Guillén nos presentó su libro Balakó. Conocimos también el libro Las aventuras de Aurely en el cementerio de las mascotas ilustres, de Norma Vargas Macosay, junto con la presentación de Luna riluna y ¡Ay!, qué miedo, de Mirtha Luz Pérez Robledo y Margarita Robleda Moguel, respectivamente. Los relatos nos hicieron posible retornar a nuestras infancias, cargadas, a veces, de misterios.

Una de las mesas con mayor expectativa fue la del “Encuentro en lenguas originarias”, en donde escuchamos un poco de obras como Mis letras en las paredes de mi vagina, de Sol Ceh Moo, en lengua maya; Anhelo de reposo, de Lyz Sáenz, en lengua zoque; Anhelo de reposo, de Isabel Pascual, en lengua q’anjo’bal y, Naltik/Hilos, de Adriana López, en lengua tzeltal. Las autoras compartieron experiencias y procesos de escritura, al mismo tiempo que se pronunciaron a favor de espacios que generen encuentros entre las mujeres y sobre todo, entre mujeres escritoras y hablantes en lenguas originarias. La participación de dichas escritoras motivó la participación del público que disfrutó al máximo los textos en vox de sus autoras. 

          A las cinco de la tarde, nos dimos gala con la mesa de ensayo en la que reinó el análisis, la crítica y la investigación, puestas en un escenario literario que ilustra a la perfección, el trabajo que se requiere para escribir en el género. El material que se presentó fue Otredad Guerrera, de Yolanda Gómez Fuentes; Las malas del cuento. Mitos, literatura y misoginia, de Elsa D. Solorzano; Entremés histórico del s. XIX, de Enedina Domínguez y, Mujeres chiapanecas revolucionarias, de Maribeynar Morales.

          Con la noche cayendo, recibimos la presentación de las novelas Grito letal, de Patricia Villalba y ¿Dónde están todos?, de Alicia Ayora Talavera, que abordaban temas sobre la violencia contra las mujeres. Por su parte, Los nietos del General, de Laura Alfonzo y Tiempo de payasos de Guadalupe Olalde, nos efentraron a historias familiares en escenarios con un ligero toque fantástico.

          El cuento y la microficción se expusieron con Despedida a una musa y otras despedidas, de Aída López; Palabras dispersas, de Beatriz Muñoz Morales; Cuentos desde la ceiba, de Karla Barajas; Cuentos cortos para tardes largas, de Karla Gómez y, Gatos de rabo corto, de Alejandra Muñoz.

          Para cerrar el día, como rutina recién aprendida, los oídos se dispusieron para la poesía que ahora se engalanaba con Los contornos de tu sombra, de Elda Pérez Guzmán; El territorio de la noche, de Gela Manzano Añorve; Vientos, de Lupita Gómez ; Travesía de luz y ausencia, de Martha Esquinca y, Y los muertos, ¿Marcela?, de Chary Gumeta.

          Terminamos la travesía de nuestro segundo día con la misma alegría con la que comenzamos. Estamos justo en el punto medio de la Feria. La Zona Norte y la Sur, nos han regalado fabulosos encuentros con maravillosas mujeres que, generosas, respondieron al llamado de las lobas. Aquí seguimos, listas para los siguientes pasos. 

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