Tango/Cuento

Por Yoss Santamaría *

El día se extingue en una buhardilla gastada, de ventanas grises por el polvo. El sol penetra lánguidamente y se posa en la duela antigua. Un anciano reposa en un rincón. Sus ojos vieron otros tiempos, en los que aquel salón, de brillantes colores y lámparas fastuosas, recibía decenas de alumnos, jóvenes esbeltos y hermosos dispuestos a aprender a bailar tango.

Hoy, en cambio, el vetusto lugar recibe apenas a unas cuantas parejas. El viejo espera, los años lo han hecho paciente. A su lado hay una copa de un tinto ennoblecido por los años. La decadencia puede esperar en los pequeños detalles, esos que hacen grande a un hombre.

De a poco, llegan. De traje, ellos; de vestido de noche, ellas. El viejo se pone de pie. Comienza a sonar Piazzolla. Los hombres toman a sus parejas, pero Yesica está sola hoy, su pareja no ha venido. El anciano le indica al profesor de facultad, que va de cuando en cuando, que la tome a ella por esta ocasión.

Yesica luce deslumbrante: un vestido abajo de la rodilla, blanco, simple, clásico, muy pegado de la cintura hacia arriba y suelto debajo de esta, con una gran abertura en un costado. Luce espectacular el cuerpo esbelto.  Sabe, por la forma en que la ve siempre, que se siente atraído por ella. Busca cualquier oportunidad para conversar con ella. Gentil, culto, a Yesica también le agrada, pero tiene pareja.

Es solo un baile, piensa. Es tango y hay mucho de entrega y sensualidad. Sabe lo que puede pasar. De pronto, recuerda que hace seis meses fue a arreglar papeles de su escuela (aunque salió hace años de la carrera, aún no se titula) y encontró a este profesor. Se ofreció a ayudarla. “¿A cambio de qué” ?, pensó. Y no, su ayuda no fue condicionada. Fue un caballero en todo momento. Se sintió tan cómoda, tan interesada en la charla, que se avergonzó de no querer irse de su cubículo.

Solo será un baile, se dijo. Además, el amor no correspondido de un caballero bien merece un tango.

Suenan los acordes del tango que compuso Piazzolla en honor a la libertad, al tango, al amor y al sexo. Libertango, se llama. Él se acerca y le tiende la mano. Ella le sonríe y se levanta, camina a su lado. Se colocan en posición. Su mano derecha con la izquierda del viejo. Él, posa su mano derecha con firmeza en su cadera, mientras la ve a los ojos. Sí, algo quiere decirle, aunque no lo hace, si su boca no se abre, es porque su mano firme en la cintura de Yesica, lo dice todo.

Comienza la danza, bajo las estrictas indicaciones del anciano, las parejas se mueven con gracia; algunas con torpeza; sin embargo, todas irradian sensualidad. Yesica advierte que aquel hombre taciturno amolda la mano a su cintura y, al mismo tiempo, la sujeta, presionándola ligeramente, muy suavemente. No la lastima, al contrario, la hace sentirse segura y libre. Es una sensación deliciosa. Se descubre disfrutando una mano ajena en su cuerpo, mientras un calorcillo inunda su entrepierna.

Él la suelta y le ayuda a impulsarse girando hacia atrás; luego abre sus brazos para que ella se entregue voluntariamente, para que regrese. Dos pasos dados con gracia y está nuevamente entre sus brazos. Olvida la clase y los pasos que debe dar. Rodea el cuello del hombre brevemente, quien con sus dos manos atrapa su cintura por un instante. Luego, él desliza una de sus manos por su espalda desnuda. Lo ve en sus ojos: desborda pasión. Ella se estremece de deseo y de algo cercano al amor. Le cuesta respirar, no sabe qué hacer ni lo que está sintiendo en ese momento.

Dos pasos laterales. Se detienen, ella pasa su pie derecho detrás del izquierdo. Gira. Se desplazan hacia atrás. Rotan antes de detenerse. Él, sujeto a su cintura como si fuera su último momento, la estrecha. Ella siente como sus senos se presionan contra su pecho. Él acerca su rostro al de ella, como si la fuera a besar. Pero no, es solo un baile.

En un arrebato, Yesica levanta el pie izquierdo y lo enreda en la pierna derecha de él. Posa su sexo en el de él. Lo incita a estrecharla más. Él no deja pasar la oportunidad. Ella nota el palpitar de su miembro erecto, está excitado. Y ella también lo está.

Ahora él es quien la lleva cadenciosamente hacia atrás. Se ha dejado dominar, ahora él es quien domina. Ella, sumisa, sabe que al final colocaran sus cuerpos juntos uno al otro.

La melodía está a punto de terminar. Sabe que él quisiera alargar el momento. Quizá jamás la vuelva a tener como ese día. Ve su angustia, o tristeza, Se conmueve. Ella quisiera hacerlo suyo y que él la poseyera, pero es imposible, al salir de la clase, cada uno irá a su rutina, a seguir su vida diaria.

Acaso lo ha imaginado, pero ha creído ver en sus ojos una lágrima. Termina la pieza con él tomándola de nuevo de la cintura y, discretamente, oliendo su cabello. Ella acerca su rostro para besarle la mejilla, y le dice al oído: jamás me había sentido como hoy. Hoy he sentido amor.

Se despiden como si no hubieran compartido la obra de Piazzola, como si solo hubiera sido un baile. Yesica jamás volvió a clase.

*Escritora mexicana

Yoss Santamaría

Concepto de feminicidio/Curso

Te invitamos a nuestro primer curso del año “Concepto de feminicidio” que será impartido por la Maestra Mónica Maydez, los viernes 4 y 11 de marzo, de 7 a 9 pm por Zoom. El costo es de 350 pesos e incluye el libro en formato PDF.

El temario está conformado por los siguientes módulos:

Mundo patriarcal.

Amor romántico

Roles de género.

Violentómetro.

Ciclos de la violencia en pareja.

Tipos de violencia.

Feminicidio

Para más información, favor de mandar un correo a fenalem.2021@gmail.com

Entrevista a Aura García-Junco

En Escritoras Mx / FENALEM, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la escritora Aura García-Junco, quien nos presenta su libro más reciente El día que aprendí que no sé amar de la Editorial Seix Barral.

La autora nació en la Ciudad de México en 1988. Escribe narrativa y ensayo y es traductora. Ha colaborado en revistas y en proyectos de investigación sobre literatura clásica y medieval. Fue becaria del FONCA y la Fundación para las Letras Mexicanas. Es autora de Anticitera, artefacto dentado (2019). En 2021, fue seleccionada por la prestigiosa revista Granta como una de las 25 mejores narradoras jóvenes en español.

Aquí les presentamos la conversación de la escritora con nuestra colaboradora Perla Santos alrededor de su libro de ensayos sobre las formas disidentes de los vínculos amorosos. El libro ya está a la venta en formato e-book, audiolibro e impreso y puede adquirirse en librerías o directamente con la editorial.

Les invitamos a adentrarse en lo que hay detrás de esta obra. Disfruten la lectura.

Hola, Aura, cuéntanos un poco sobre ti, ¿quién es Aura García-Junco?

Soy una autora de narrativa, ensayo y guion. Me dedico, básicamente, a escribir todos los días en diferentes formatos. Me gustan mucho los libros y los gatos. Me interesa pensar mi papel, ya sea desde la ficción o el ensayo. Para mí, la escritura es una forma esencial de relacionarme con el mundo.

Desde tu experiencia, ¿encuentras aún vigentes las fronteras entre la ficción y el ensayo?

Yo creo que la diferencia es la forma de abordar los temas, puede ser más directa u oblicua. Personalmente, hay temas que yo siento que debo abordar con un ensayo, porque requieren ser abordados desde una posición de investigación, de exploración. Por ejemplo, para este libro comencé escribiendo algunas ficciones, pero no era lo que necesitaba, porque mi misión era entender algo que me estaba pasando en la vida. Sentí que necesitaba abordarlo menos desde la intuición y más mediante una argumentación ordenada. Cuando escribo narrativa lo hago desde una serie concatenada de intuiciones, sí hay investigación, pero está orientada a crear historias. En el ensayo creo que, también, de alguna forma, creas una historia, depende qué tipo de ensayo, pero pienso que también puede tener sus propios arcos, sus propias formas de narrar mediante otros recursos.

Sí, la pregunta es justo, porque el libro que hoy nos presentas, en medio de las disertaciones traen una historia, quizás más de una que, a su vez, obligan a repensar la propia historia. No hay forma de pasar por estas letras sin que toquen algo o nos obliguen a hacernos preguntas. ¿Esa era la intención al publicar este libro?

Sí, por supuesto. Para mí este es un libro de preguntas, no de respuestas y para hacerte preguntas tienes que conectar con el libro y me parece que la parte más narrativa permite esa conexión. No sólo se presentan ideas, permite la tridimensionalidad del asunto, es decir, la teoría es un asunto, pero las historias en las que se reflejan las dudas pretenden que compagines más. Este libro es una mezcla entre ensayo personal y de investigación, un ensayo literario que no contiene solo lo personal, pero tampoco quería que fuera algo frío alejado de mi realidad porque no lo fue.   

Hay un juego muy bonito trabajado desde la ironía en el título del libro ¿cómo lo elegiste?

Sí, es un título irónico con dos significados. Primero, es referir a la primera anécdota con la que abre el libro cuando me fue informado que no sabía amar; el segundo tiene que ver con la idea de un anti manual con la pregunta general que sostiene el libro: ¿qué significa amar? Y la respuesta es que no hay una sola respuesta. De esta manera, se juega con estas dos acepciones: esta cosa de que alguien asuma que tiene el significado de lo que es el amor y de lo que es amar. Hubo una parte de mí que se lo cuestionó en serio y al mismo tiempo me pregunté ¿quién eres tú, de que herramientas gozas, o qué, eres una diosa que ve todo y lo entiende a la perfección? O, ¿cómo alguien puede decir que tiene el monopolio de lo que es el amor? Es un título que surgió de una manera muy orgánica. Lo primero que escribí de este libro fue la anécdota inicial —luego la reescribí diez millones de veces— y me pareció que el título le venía bien a todo el libro. Fue como de esas veces que se te revela como magia.

Además de ello, hay una interesante conjunción con la portada, ¿qué puedes comentar al respecto?

En realidad, es trabajo del diseñador, aunque, cuando me mandaron las propuestas, yo sí dije que tenía que ir para allá: conjuntar la idea del manual, no muy notoriamente un manual porque no lo es y quería hacer notar esa contraposición. Además, a mí me encantan las imágenes anatómicas y me encantan los manuales. En mi primer libro exploré mucho sobre los manuales y es algo que quiero seguir haciendo. Lo que se pretende es mostrar al corazón descarnado, físico y, por otro lado, el arts amatoria que es lo que no es este libro y que aparece tachado. Para mí era importante que tuviera todos estos elementos y se hizo un excelente trabajo para lograrlo.  Las primeras versiones eran más dulces y este no es un libro dulce.

No, no lo es; sin embargo, encuentro un modo muy amable de decir las cosas a pesar de que nos muestras, desde las primeras páginas, esta constante exigencia de justificar estas formas de vincularse solo porque son distintas de la monogamia, del canon. Con todo lo que te obligó a cuestionarte, ¿encontraste tu propia respuesta?  

No una respuesta, pero llegué a varias iluminaciones mientras lo escribía. Por ejemplo, cuando estaba escribiendo lo de las relaciones abiertas, yo estaba en una relación abierta y mi pareja y yo platicábamos un montón de lo que estaba escribiendo y eso nutría nuestra existencia conjunta. A lo largo de la escritura del libro tuve momentos en los que encontré respuestas. No encontré La respuesta, pero sí pequeñas muletas para contrarrestar toda la hostilidad de alrededor, que corre en el aire, me refiero a esa forma hostil de vivir la otredad y en el transcurso de la escritura encontré algunas formas de palear eso que sí me afectaba y sí me dolía.

Creo que ese es uno de los aciertos del libro: mostrar estas otras miradas y estas posiciones desde donde se pueden vivir los vínculos y las relaciones amorosas. En este conjunto de ensayos los títulos juegan un papel muy atractivo, pese a los temas tan profundos que se tocan. ¿Cómo supiste que con eso bastaba? ¿Cuál fue la señal de que el libro ya estaba listo?

Bueno, primero quiero decir que me divertí mucho con los títulos. Y yo no tenía un plan maestro como para decir voy a hacer estos ensayos de estos temas. Conforme escribía, un tema me llevaba a otro y cada uno me parecía que requería su propio ensayo. Por eso creo que cada uno puede leerse de manera aislada, no se requiere una lectura lineal. Lo que sí me pasó es que llegué a un punto en que me di cuenta, quizás demasiado tarde e ingenua, que es imposible abarcar todo lo que se puede decir del amor, y no tiene sentido hacerlo. Luego me di cuenta de que había llegado a mi límite, que ya no tenía nada mas que agregar y asumí que ese era el punto al que podía llegar en ese momento.

¿En qué público pensaste al escribir este libro, quién esperas que te lea?

Eso fue cambiando a lo largo de la escritura. Al principio quería que me leyeran sólo mujeres y lo escribía en femenino. Con el paso de los años —porque fueron varios— conforme iba adentrándome a las profundidades del infierno del Twitter, me pareció que no tenía tantas ganas de eso. También fueron cambiando mis visiones sobre feminismo y me interesó incluir a más gente en la lectura. Sí es un libro pensado en la lectura hecha por las mujeres, pero también me gustaría que lo leyeran hombres y personas no binarias, lo que sí ha estado pasando y me ha dado gusto. Creo que es una lectura para dialogar.

En mí experiencia, la primera posibilidad de diálogo es conmigo y creo que esa es una apuesta que vale mucho la pena. Y, bueno, para terminar, ¿qué es lo que te deja la escritura de este libro?

Me deja la satisfacción de haber tenido tantos diálogos. Es un libro muy colectivo. Me deja la sensación de que aprehendí a muchas personas tanto en la escritura como en la oralidad y me deja muchas ganas de ver lo que piensan los y las lectoras, cómo se ponen a dialogar con el libro y con sus propias relaciones, especialmente con eso último.

Menudo reto. Muchas gracias por esta conversación tan grata como tus letras.

Foto tomada de QUADRATIN OAXACA

Arrancamos… #FENALEM Día uno

Después de meses de preparación arrancó la II edición de la Feria Nacional de Escritoras Mexicanas #FENALEM con la presencia de escritoras de diversos géneros.

A las 11 horas, Adriana Ventura Pérez, Karla Pulido y Karla Espinoza Motte, moderadas por Cristina Liceaga, inauguraron la FENALEM, acompañadas de la presencia musical de de Voces Estelares, quienes interpretaron Canto de la Morenica, sobre un texto de Sor Juana Inés de la Cruz, con música de Ramón Noble.

Posteriormente, Ethel Krauze, Marvey Altúzar, Ariatna Gamez, Marisol Vera, con la moderación de Julia Cuéllar, presentaron sus más recientes obras poéticas.

Al hablar sobre su poemario “Balada contra el tiempo” Krauze confesó que se considera una rebelde permanente y que con el poemario “se rebela contra el tiempo.”

Ariatna Gamez Soto leyó fragmentos de su poemario “Bocetos autobiográficos”: “Abril es el mes en que mi cara se volvió deforme. El mes en que el aliento de mi abuela se apaga poco a poco.”

A mediodía se realizó una interesante mesa de debate “Literatura en la era digital”, con Alejandra Arévalo , Diana Ramírez, Zel Cabrera, Mónica Soto Icaza y Gladys Peña.

Soto Icaza señaló que la literatura digital ayuda a “crecer los libros con diferentes soportes como los audiolibros. Ayuda también a dar a conocer a los autores independientes, que ya no dependen de los grandes medios”.

A la una de la tarde, tuvimos una mesa de novela con Mónica Hernández, Ale Oseguera, Estela González y María Rascón; y a las dos, una mesa de poesía con Rosa Xochiquetzal Salazar, Rosaura Pozos, Martha Mega y Marjha Paulino.

La tarde siguió con más poesía, ensayo, novela y cuentos, con escritoras como Karla Montalvo, Brenda Morales, Guadalupe Vera, Sar Jiménez, Kyra Galván, Cristina Gutiérrez Mar y Marcia Ramos.

Hoy seguiremos con la Feria. Les dejamos el programa de hoy:

Se acerca la #Fenalem

La necesidad de visibilizar la literatura escrita por mujeres reunió a trece autoras que, desde el año pasado, organizan la Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas, un evento literario sin precedentes en donde la pluma de la mujer es la protagonista.

Este año, la Segunda Edición de la FENALEM se llevará a cabo del 8 al 11 de septiembre y tendrá como estado invitado al Estado de México. Debido a la pandemia de COVID-19, los eventos se realizarán de manera virtual y serán transmitidos a través de las plataformas oficiales de Escritoras Mexicanas.

Durante los cuatro días, las transmisiones comenzarán a las 11:00 am y terminarán a las 21:00 hrs. En total, la feria contará con 36 mesas en las cuales participarán más de 100 escritoras con distintas obras y desde diferentes estados de la República. A lo largo de las transmisiones se abordarán varios géneros literarios como poesía, novela, cuento, ensayo y minificción. Además, se presentarán tanto obras individuales como antologías. También se dará espacio a textos en lenguas originarias, literatura infantil, juvenil y, en algunos eventos, participarán autoras mexicanas que radican en el extranjero. 

Este año, además de continuar con la labor de brindar una plataforma sólida a las escritoras emergentes del país, la FENALEM incorporará algunas mesas de debate, donde se tratarán temas como Literatura en la era digital, Mujeres en el periodismo cultural y, por primera vez, habrá una mesa donde participarán hombres que se destacan en el ámbito literario para comentar y debatir sobre la importancia de leer a mujeres. 

La selección de las participantes se hizo por medio de una convocatoria, en la cual resultaron seleccionadas las autoras que conformarán esta segunda edición. La Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas se prepara para seguir difundiendo las voces femeninas en la literatura contemporánea. Será, al igual que el año pasado, un evento único donde no sólo se hablará de libros, sino que se invitará a la charla y a la reflexión, siempre a favor de la cultura y de las mujeres.