Mayita

Mayita

Por Verónica Miranda

A sus tiernos nueve años, Mayita vendía chicles en los convoys del metro, los ofrecía elevando su voz lo más que podía describiendo los deliciosos sabores y la presentación.

Aproveche, señor, señora, joven, señorita, se va a llevar un paquete de chicles marca Sonric’s con los dulces y frescos sabores de: zarzamora, hierbabuena, menta y canela. No pierda la oportunidad, no son piratas. ¡Llévelos, llévelos, sólo a cinco pesitos!

La cara de la niña estaba sucia, pero era linda, tenía una sonrisa desdentada muy tierna. Llevaba el cabello lacio atado con una dona de estambre. Traía los pies desnudos, un pantalón desgastado y una playera con una estampa de Hello Kitty descolorida. A ella le gustaba observar a las niñas de su edad que iban de la mano de sus padres. Suspiraba hondo mientras cambiaba de vagón y pensaba en lo “chido” que sería tener papás y no a esas personas que se decían sus tíos, pero no eran más que unos explotadores. 

La conocí en la estación Mixiuhca del metro, ahí hacía su parada todas las tardes y después se iba.  Por eso, anoche veinticuatro de diciembre, me extrañó verla. Eran en punto de las doce y teníamos la encomienda de revisar que nadie se quedara en los pasillos de la estación. Me tocaba la guardia y no tenía prisa por terminar rápido, así es que caminé por todos los pasillos, por las escaleras de entrada y transbordo.  Los trabajadores de la limpieza aún no hacían su llegada, puedo decir que hice mi rondín únicamente con el ojo vigía de las cámaras de seguridad.  Caminé por el andén y me percaté de que en la escultura de piedra que está precisamente a la mitad, ahí, debajo de la imagen que representa a una mujer recibiendo a un neonato, ahí estaba en posición fetal la pequeña Mayita. Dormía profundamente, pero la tuve que despertar. Brincó del susto y corrió en busca de la salida, la seguí mientras le decía que ya estaba todo cerrado, pero que daría parte a mis compañeros para que la llevaran con sus padres. Ella me explicó que no tenía padres y que sus “tíos” la iban a regañar muy feo por no llegar a casa. Escuché un ruido y mi instinto me hizo voltear y la perdí de vista. Fueron unos segundos, no sé cómo pasó, la niña se había escapado, al menos eso pensé. Me tomó media hora más y entre los monitoristas y dos compañeros no la localizamos. Dimos parte y salimos a cubrir nuestro turno.

Hay muchas historias de vidas que suceden en el metro: están las de los suicidas, los lanza objetos, los rateros, los esquizofrénicos, los vendedores y un largo etcétera que no acabaríamos nunca. Pero la historia de Mayita se quedó en mi corazón… Sucedió que esta tarde, después de entregar mi turno, tuve oportunidad de ver las grabaciones de las cámaras de vigilancia, ahí estaba Mayita en grabaciones de días pasados, cuando llegaba a la estación Mixiuhca del metro y se recargaba primero en la gran estatua, después acariciaba la figura maternal y al final se recostaba en el piso hasta que alguien la despertara o bien, ella misma “desaparecía” por decirlo así.  Me las han mostrado varias veces y no les hago entender lo que yo mismo presencié y que ante las cámaras se difumina, se pierde.

Sucedió algo que mis ojos se negaran a decir que lo vieron, o al menos que no fueron producto de una alucinación.  En Navidad abrimos la estación a las siete de la mañana, pero vamos revisando desde una hora antes que todo esté bien. He sido testigo de un milagro. Encontré a Mayita. Claramente la vi parada frente a la estatua y acarició de forma tierna a la mujer de piedra y fue entonces que aquella escultura tomó forma y vida para levantar a la niña hasta su pecho, darle un beso de amor y posarla con ella en esa imagen pétrea. Allí están, son como madre e hija, son la forma de vida que el escultor quiso expresar con sus delineados, son la imagen sensitiva de esta ciudad. Quién sabe si Mayita baje mañana a vender sus chicles en los trenes del metro, ya la estuve llamando pero sólo la veo sonreír con su dentadura chimuela dibujada en la piedra de la estatua de la estación Mixiuhca del metro.

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