by HISTORICO | Nov 16, 2021 | Entrevistas
En Escritoras Mx / FENALEM, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la escritora Aura García-Junco, quien nos presenta su libro más reciente El día que aprendí que no sé amar de la Editorial Seix Barral.
La autora nació en la Ciudad de México en 1988. Escribe narrativa y ensayo y es traductora. Ha colaborado en revistas y en proyectos de investigación sobre literatura clásica y medieval. Fue becaria del FONCA y la Fundación para las Letras Mexicanas. Es autora de Anticitera, artefacto dentado (2019). En 2021, fue seleccionada por la prestigiosa revista Granta como una de las 25 mejores narradoras jóvenes en español.
Aquí les presentamos la conversación de la escritora con nuestra colaboradora Perla Santos alrededor de su libro de ensayos sobre las formas disidentes de los vínculos amorosos. El libro ya está a la venta en formato e-book, audiolibro e impreso y puede adquirirse en librerías o directamente con la editorial.
Les invitamos a adentrarse en lo que hay detrás de esta obra. Disfruten la lectura.
Hola, Aura, cuéntanos un poco sobre ti, ¿quién es Aura García-Junco?
Soy una autora de narrativa, ensayo y guion. Me dedico, básicamente, a escribir todos los días en diferentes formatos. Me gustan mucho los libros y los gatos. Me interesa pensar mi papel, ya sea desde la ficción o el ensayo. Para mí, la escritura es una forma esencial de relacionarme con el mundo.
Desde tu experiencia, ¿encuentras aún vigentes las fronteras entre la ficción y el ensayo?
Yo creo que la diferencia es la forma de abordar los temas, puede ser más directa u oblicua. Personalmente, hay temas que yo siento que debo abordar con un ensayo, porque requieren ser abordados desde una posición de investigación, de exploración. Por ejemplo, para este libro comencé escribiendo algunas ficciones, pero no era lo que necesitaba, porque mi misión era entender algo que me estaba pasando en la vida. Sentí que necesitaba abordarlo menos desde la intuición y más mediante una argumentación ordenada. Cuando escribo narrativa lo hago desde una serie concatenada de intuiciones, sí hay investigación, pero está orientada a crear historias. En el ensayo creo que, también, de alguna forma, creas una historia, depende qué tipo de ensayo, pero pienso que también puede tener sus propios arcos, sus propias formas de narrar mediante otros recursos.
Sí, la pregunta es justo, porque el libro que hoy nos presentas, en medio de las disertaciones traen una historia, quizás más de una que, a su vez, obligan a repensar la propia historia. No hay forma de pasar por estas letras sin que toquen algo o nos obliguen a hacernos preguntas. ¿Esa era la intención al publicar este libro?
Sí, por supuesto. Para mí este es un libro de preguntas, no de respuestas y para hacerte preguntas tienes que conectar con el libro y me parece que la parte más narrativa permite esa conexión. No sólo se presentan ideas, permite la tridimensionalidad del asunto, es decir, la teoría es un asunto, pero las historias en las que se reflejan las dudas pretenden que compagines más. Este libro es una mezcla entre ensayo personal y de investigación, un ensayo literario que no contiene solo lo personal, pero tampoco quería que fuera algo frío alejado de mi realidad porque no lo fue.
Hay un juego muy bonito trabajado desde la ironía en el título del libro ¿cómo lo elegiste?
Sí, es un título irónico con dos significados. Primero, es referir a la primera anécdota con la que abre el libro cuando me fue informado que no sabía amar; el segundo tiene que ver con la idea de un anti manual con la pregunta general que sostiene el libro: ¿qué significa amar? Y la respuesta es que no hay una sola respuesta. De esta manera, se juega con estas dos acepciones: esta cosa de que alguien asuma que tiene el significado de lo que es el amor y de lo que es amar. Hubo una parte de mí que se lo cuestionó en serio y al mismo tiempo me pregunté ¿quién eres tú, de que herramientas gozas, o qué, eres una diosa que ve todo y lo entiende a la perfección? O, ¿cómo alguien puede decir que tiene el monopolio de lo que es el amor? Es un título que surgió de una manera muy orgánica. Lo primero que escribí de este libro fue la anécdota inicial —luego la reescribí diez millones de veces— y me pareció que el título le venía bien a todo el libro. Fue como de esas veces que se te revela como magia.
Además de ello, hay una interesante conjunción con la portada, ¿qué puedes comentar al respecto?
En realidad, es trabajo del diseñador, aunque, cuando me mandaron las propuestas, yo sí dije que tenía que ir para allá: conjuntar la idea del manual, no muy notoriamente un manual porque no lo es y quería hacer notar esa contraposición. Además, a mí me encantan las imágenes anatómicas y me encantan los manuales. En mi primer libro exploré mucho sobre los manuales y es algo que quiero seguir haciendo. Lo que se pretende es mostrar al corazón descarnado, físico y, por otro lado, el arts amatoria que es lo que no es este libro y que aparece tachado. Para mí era importante que tuviera todos estos elementos y se hizo un excelente trabajo para lograrlo. Las primeras versiones eran más dulces y este no es un libro dulce.
No, no lo es; sin embargo, encuentro un modo muy amable de decir las cosas a pesar de que nos muestras, desde las primeras páginas, esta constante exigencia de justificar estas formas de vincularse solo porque son distintas de la monogamia, del canon. Con todo lo que te obligó a cuestionarte, ¿encontraste tu propia respuesta?
No una respuesta, pero llegué a varias iluminaciones mientras lo escribía. Por ejemplo, cuando estaba escribiendo lo de las relaciones abiertas, yo estaba en una relación abierta y mi pareja y yo platicábamos un montón de lo que estaba escribiendo y eso nutría nuestra existencia conjunta. A lo largo de la escritura del libro tuve momentos en los que encontré respuestas. No encontré La respuesta, pero sí pequeñas muletas para contrarrestar toda la hostilidad de alrededor, que corre en el aire, me refiero a esa forma hostil de vivir la otredad y en el transcurso de la escritura encontré algunas formas de palear eso que sí me afectaba y sí me dolía.
Creo que ese es uno de los aciertos del libro: mostrar estas otras miradas y estas posiciones desde donde se pueden vivir los vínculos y las relaciones amorosas. En este conjunto de ensayos los títulos juegan un papel muy atractivo, pese a los temas tan profundos que se tocan. ¿Cómo supiste que con eso bastaba? ¿Cuál fue la señal de que el libro ya estaba listo?
Bueno, primero quiero decir que me divertí mucho con los títulos. Y yo no tenía un plan maestro como para decir voy a hacer estos ensayos de estos temas. Conforme escribía, un tema me llevaba a otro y cada uno me parecía que requería su propio ensayo. Por eso creo que cada uno puede leerse de manera aislada, no se requiere una lectura lineal. Lo que sí me pasó es que llegué a un punto en que me di cuenta, quizás demasiado tarde e ingenua, que es imposible abarcar todo lo que se puede decir del amor, y no tiene sentido hacerlo. Luego me di cuenta de que había llegado a mi límite, que ya no tenía nada mas que agregar y asumí que ese era el punto al que podía llegar en ese momento.
¿En qué público pensaste al escribir este libro, quién esperas que te lea?
Eso fue cambiando a lo largo de la escritura. Al principio quería que me leyeran sólo mujeres y lo escribía en femenino. Con el paso de los años —porque fueron varios— conforme iba adentrándome a las profundidades del infierno del Twitter, me pareció que no tenía tantas ganas de eso. También fueron cambiando mis visiones sobre feminismo y me interesó incluir a más gente en la lectura. Sí es un libro pensado en la lectura hecha por las mujeres, pero también me gustaría que lo leyeran hombres y personas no binarias, lo que sí ha estado pasando y me ha dado gusto. Creo que es una lectura para dialogar.
En mí experiencia, la primera posibilidad de diálogo es conmigo y creo que esa es una apuesta que vale mucho la pena. Y, bueno, para terminar, ¿qué es lo que te deja la escritura de este libro?
Me deja la satisfacción de haber tenido tantos diálogos. Es un libro muy colectivo. Me deja la sensación de que aprehendí a muchas personas tanto en la escritura como en la oralidad y me deja muchas ganas de ver lo que piensan los y las lectoras, cómo se ponen a dialogar con el libro y con sus propias relaciones, especialmente con eso último.
Menudo reto. Muchas gracias por esta conversación tan grata como tus letras.
Foto tomada de QUADRATIN OAXACA
by HISTORICO | Jul 21, 2021 | biografías, Entrevistas
Roxana Xamán escribió “Sal”, cuento que forma parte de nuestra IV Antología de Escritoras Mexicanas. La autora define al relato con esta frase: “Aunque el destino sea condena, no deja de ser ese pequeño espacio de libertad en el que hacemos nuestra vida.”
Semblanza
Licenciada en Filosofía y Ciencias Sociales por el ITESO, Maestra en Estudios Hispánicos por la Universidad de Cádiz y Maestra en Escritura Crítica y Creativa por la Universidad de Sussex. Exbecaria Chevening (2018). Desde 2011 forma parte de El Club de las Letras de la Universidad de Cádiz. Sus textos han sido publicados en México y España. Fundadora de los proyectos de difusión de narrativa y poesía El Tintachero y Palabra Lab. Además de la literatura se dedica al estudio del performance y la docencia.
Entrevista
- ¿Qué te motivó a escribir «Sal»?
Reconocerme habitante renegada y voluntaria de ese camino hecho por las que están antes que yo: mi madre y mis abuelas.
2. ¿Si tuvieras que definir en una sola frase «Sal», ¿cuál sería?
Aunque el destino sea condena, no deja de ser ese pequeño espacio de libertad en el que hacemos nuestra vida.
3.- . ¿Cuál es tu frase favorita de «Sal»?
A cada zancada levantan polvo de tierra y el ambiente se impregna de ese aroma a sedimento de sol que Adna conoce desde hace veinticinco años.
4. ¿Qué significa para ti que tu cuento haya sido seleccionado para formar parte de la cuarta antología de cuento de Escritoras Mexicanas?
Me parece maravilloso que haya tres antologías previas y que se vislumbren más. Es como participar de una tertulia que crece en invitadas de antología en antología, donde cada una con su historia define el tono de la charla, los gestos, los aromas… Cada una a su tiempo y en su espacio, pero en un tiempo y un espacio compartidos, lo que lo hace más atractivo.
by HISTORICO | Jul 6, 2021 | Entrevistas
Por Perla Santos
En EscritorasMx tuvimos la oportunidad de entrevistar a la escritora Ingrid Solana. Ella es originaria de Oaxaca, México, escritora y doctora en Letras por la UNAM. Publicó el libro de ensayos Notas inauditas por Difusión Cultural UNAM en 2019. Actualmente, es profesora de literatura española en la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA.
Ingrid Solana nos presenta su libro Memorias tullidas del paraíso y sus generosas respuestas nos ofrecen un interesante panorama de lo que esta lectura nos ofrece. Insertando algunas de las frases que encontramos dentro del libro, como un primer acercamiento a esta obra, les compartimos nuestra conversación.
Deseo escribir un documento destartalado con piezas de archivo muerto (el archivo es muerte), es decir, un Libro de los pasajes: miles de voces reunidas en un mismo espacio: mi cabeza. Deseo convertirme en una pepenadora de voces para recobrar mi tiempo perdido que es también el tiempo de la colectividad.
¿Qué es lo que los lectores encontrarán en Memorias tullidas del paraíso? (¿Cómo defines este libro?)
I.S. Memorias tullidas del paraíso es un texto fragmentario —como lo es la memoria misma— que relata la vida de Artemisa, la protagonista y narradora, en el flujo de la discontinuidad de la escritura. Se trata de un texto que explora las distintas voces que coexisten en el personaje: una voz infantil, una adolescente y una madura. Las voces se entrelazan para mostrar el tejido íntimo de una existencia que se liga a lo colectivo y que se descubre en el exterior profundizando en sí misma. Artemisa nace en los años ochenta, así que su adolescencia transcurre en los años noventa, precisamente cuando, en México, ocurre el levantamiento zapatista, de ahí que el personaje decida elaborar su tesis de doctorado sobre el archivo fotográfico del movimiento zapatista, ello la incita a preguntarse cómo se vincula la verdad con la representación fotográfica, cuáles son los límites entre las orientaciones estéticas y las vertientes morales de la fotografía y cómo el arte constantemente juega con su propia potencia desmitificadora.
El lector encontrará múltiples voces en este libro, se enfrentará a lo discontinuo de su propia historia y a las paradojas que suscita cuestionarnos por la memoria. La historia no sólo la realizan los personajes heroicos o significativos en un ámbito socio-político, la historia de los pueblos es, en realidad, la de las personas comunes, ya que, aunque no aparezcan en los archivos oficiales o en la documentación autorizada, son quienes conforman el verdadero sentido de un tiempo determinado: dice más lo que permanece silencioso pero latente, una suerte de hendidura presentida en los hechos que conocemos todos. La historia de los pueblos es silenciosa, discontinua, se evade como un momento feliz o amargo al escribir. Al expresarse en el arte es posible la proximidad casi verdadera con lo otro.
Violar las reglas de un juego, del engranaje de la escritura y no consentir, no animar progresiones ni linealidades, sino sembrar desorden. Hacer caos en el lenguaje y suscitar interrupciones.
- ¿Para qué público va dirigido este texto?
I.S. Me gustaría que cualquier lector que se acercara a este texto se quedara con alguna pregunta o inquietud sobre él o sobre alguno de los temas que aparecen, tal como me ha sucedido con los textos que me han marcado desde joven. He leído muchos textos que se han tardado en abrir, que he releído muchas veces y cuyo sentido ha tardado en aparecer, pero éstos me han transformado por completo, me han trastornado el pensamiento, me han permitido cuestionarme lo que soy. Ha sucedido con Kafka, con Camus. Ojalá alguien, aunque sea una sola lectora, vea cimbrado su mundo con algún pequeño detalle de este libro.
…Las palabras como a pasión de la verdad.
- Este material literario está cargado de elementos diversos que, en conjunto, van hilando la historia de Artemisa. ¿Es una novela lo que se lee?
I.S. Para que exista una novela es necesario que exista tiempo y espacio en el texto, si no existen esas dos condiciones textuales, la narración no está presente. Memorias tullidas del paraíso, efectivamente, nos sitúa frente al tiempo y al espacio, pero se trata de tiempos y espacios convergentes en la vida de su personaje. Cuando Artemisa regresa a su infancia, por ejemplo, se sitúa en algún pueblo oaxaqueño; de igual forma durante su adolescencia se va a estudiar a Ciudad de México; el tiempo y es espacio varían dependiendo de la circunstancia narrada. En muchas novelas de formación, conocidas como bildungsroman, las vidas de los personajes pueden relatarse de muchas maneras; puede tratarse del relato de una vida casi completa y de forma cronológica como sucede en la prodigiosa novela de Pío Baroja, El árbol de la ciencia, o puede tratarse del relato de un periodo concreto en la vida de un joven como sucede en Bajo la rueda de Hermann Hesse o en el maravilloso Retrato de un artista adolescente de Joyce. En Memorias tullidas…, Artemisa viaja entre tiempos, no escribe secuencialmente, escribe su pedacería de recuerdos y reflexiones, mezclando partes más ensayísticas con lo narrativo.
…estos retazos de texto están tejidos con intuiciones,
lecturas sesgadas, interpretaciones.
- En el texto convergen preguntas y respuestas que confrontan a las y los lectores con la posición desde donde miran la vida (entre otras cosas), ¿esperabas ese alcance?
I.S. Sí, pero considero que eso sucede con la lectura en general, de ahí la maravilla de leer. “Confrontar” es una palabra genial, porque describe muy bien lo que sucede cuando leemos ‘de verdad’, volcándonos en el texto, abismándonos en su ser. La lectura nos coloca en jaque, nos incita a dudar e, incluso, nos despoja de nuestros valores. Leer es peligroso porque puede orillarnos a romper con nuestra moral, partir en pedazos nuestras convicciones; nos permite amar distinto, mirar diferente, soñar con otras posibilidades. Nos transforma por completo y nos permite ser otros: el arte otorga sentido a lo que no lo tiene, por eso es afirmación pura, incluso, aunque nos duela: “un libro es un hacha que rompe el mar helado que llevamos dentro.”
- Temas como el arte, la fotografía, la escritura y la literatura, la maternidad y la sexualidad, por mencionar algunos, se ponen de manifiesto desde la conciencia de Artemisa. ¿Cómo fuiste dando forma a un personaje tan complejo?
I.S. Supongo que Artemisa me habitó desde hace mucho tiempo y de numerosas formas; pienso que los personajes son moscas infernales que traemos pegadas cual maldiciones quienes caímos en la desventura de escribir… (guiño). Lo que puedo expresar al respecto es que este texto tuvo muchas formas y versiones que desembocaron aquí. Puedo también enfatizar que particularmente me interesaron ciertos aspectos psicoanalíticos que cristalizaron en la vida de Artemisa, nacida en los años ochenta con su contexto personal y social a cuestas. Algunos de estos aspectos son la particular y compleja relación que tienen las mujeres en una familia, la brutal y casi incomprensible resistencia de ciertos seres humanos ante el abuso y el abandono y, particularmente, la compleja reacción tanto individual como colectiva ante el trauma, ¿cómo nos relacionamos con eso?, ¿cómo lo descubrimos y nombramos?, ¿cómo lidiamos con su latencia? Artemisa encarna estas preguntas, fue fundamental que esas reflexiones cristalizaran en una historia de vida.
El paraíso es un espacio en el que la verdad nos confronta.
- La temporalidad que se juega a lo largo del libro remite a pensar en una especie de álbum fotográfico desde donde se evoca la memoria. ¿Esa es la memoria tullida?
I.S. Así es. Marcel Proust le llamó “tiempo perdido o recobrado”, yo le llamo “tullido” por la discontinuidad, sobre todo, porque Artemisa no ha llegado a la vejez y escribe unas memorias. Además de aludir a lo cojo, lo tullido tiene ciertas resonancias de lo “fallido”, en el sentido de que son una suerte de cuaderno lanzado al vacío. Artemisa percibe lo inútil de su intento, desea atrapar acontecimientos, pero apenas puede hacer coincidir lo que considera “trozos” de su vida. Tal vez los albumes de fotografías también estén tullidos; nunca relatan del todo la continuidad…
La vida es un tejido: correlaciones, pactos, saltos de tiempo. Es una
yuxtaposición de surcos de lenguaje. La vida no es cronológica: no es sucesiva; es una travesía de eternidades juntas, es decir, memoria. La memoria
no es progresiva ni retentiva, es un cuerpo tullido.
- El libro responde poéticamente al título que lo nombra, pero ¿cómo fue que lo construiste/pensaste?
I.S. Pienso que el título encontró al texto de forma prácticamente natural. Yo, como “escritora”, debo confesar que siempre dudé de él, pero me parece que él buscó al texto y se le colocó —como una mosca necia—. En primer lugar, porque era muy evidente que Artemisa estaba tratando de recordar a través de la escritura, en segundo, porque hay algo de paraíso en el recuerdo, pues, aunque duelan, tanto la infancia como la juventud tienen resquicios que no son infierno. Y, finalmente, debo decir que aquello de “tullido” es una palabra que adereza al resto, pues ¿no tiene algo raro e incómodo, casi barroco, como esas palabras que nos dan risa?
Escribo, en este cuaderno, las memorias tullidas de paraísos pasados. En el paraíso también habitan los infiernos; son las equivocaciones,
los errores, las sombras.
- ¿Encontramos aquí tu poética personal? (La de la autora, la de la escritora Ingrid Solana).
I.S. Así es. Hay partes en las que me regodeo en las palabras, actividad que me causa placer y que he repetido en otros textos que he escrito.
Agradecidas con la honestidad del texto, con el encuentro con la autora y con el gozo de una lectura introspectiva, les dejamos también una filosa pregunta insertada también en esta novela:
¿Escribir ordena el caos del delirio?
El libro ya se encuentra en librerías y puede solicitarse directamente en Dharma Books.