Buenos días, autoridades, público presente, personas que nos acompañan a través de las redes sociales. A nombre de Escritoras Mexicanas y del Comité Organizador de la FENALEM agradezco que estén aquí.
En el en 2017, surge la iniciativa de Escritoras Mexicanas a través de las redes sociales encabezado por nuestra querida Cristina Liceaga. En el 2020, nace la inquietud de tener una feria del libro que fuera escaparate para las obras literarias escritas por mujeres, ese año en un hecho sin precedentes, se lograron conjuntar más de 100 voces. La hazaña se repitió en el 2021 y hoy saltamos de las redes a este panel para consolidar las alianzas y hacer eco aquí y en todos los rincones del país. Más allá, incluso, rompiendo las fronteras.
Hoy tenemos nuestro primer encuentro presencial. Estar presentes significa que ya no guardaremos silencio ni que nuestros nombres quedarán en el anonimato. Es un acto de presencia en donde, durante mucho tiempo, se nos negó el acceso o el reconocimiento. Nos convocamos para reconocernos y que nos conozcan. Nunca más caminará la historia de la literatura sin nosotras.
Por unos días, por estos cuatro días, Guanajuato se viste de letras, recibe cerca de 200 escritoras que han dejado atrás sus hogares, su familia, el trabajo, aunque lo más probable es que todo ello viene en sus maletas y claro en los textos que nos presentan, porque ser escritora no es lugar de privilegio. Estar aquí significa que estamos en la batalla, intentando encontrar en la escritura nuestro lugar seguro.
Acámbaro, Jerécuaro, Guanajuato y San Miguel de Allende, dijeron sí. Este rostro que nos ofrecen los municipios que recorreremos, es el que amamos, el de gente buena, hospitalaria, comprometida, artesanos de paz.
Rumbo al festejo de los 500 años de su fundación, en Acámbaro se inaugura esta Feria un hecho por demás significativo y que sin duda quedará en el registro de su historia. Pues la FENALEM no tiene precedente en nuestro país.
Estamos aquí, en el registro de la historia y en la fotografía del recuerdo. Nos acompañan las valientes, las que alzaron la mano, la pluma, la voz y los libros. Este camino lleva los nombres de las que nos han antecedido y contiene la esperanza de las que vienen.
Encontramos caminos y abrimos posibilidades. Reclamamos nuestro lugar en el mundo literario y no lo vamos a soltar. La Feria Nacional del Libro de Escritoras Mexicanas llegó para quedarse.
Sabemos que este es el inicio. No estamos todas, pero estaremos. Este capítulo también es parte del génesis, el nuestro, la otra versión de la historia. escribamos en colectivo la de hoy. Hagan de ésta su fiesta, su casa, su espacio, el nuestro.
Gracias a cada persona que se ha congregado hoy, gracias por saber estar presente en medio de un ambiente en el que las ausencias hacen eco. Que sean los libros el cobijo frente a la desesperanza y sea la escritura un camino hacia la paz, esa paz que hoy nos es tan urgente, tan necesaria.
Reseña del libro Serpenteando hacia las estrellas de Adriana Rodríguez
Por Perla Santos
Se ha dicho que la ruta más directa entre un punto y otro es la línea recta, pero son contadas las veces en que el camino es tan sencillo. Quizás la belleza se encuentre justamente en las curvas que en el trayecto se van improvisando para llegar a algún lugar. Quizás, incluso, es que el asunto de todo es que no se trata de llegar a un lugar sino de ir descubriendo el mundo en la sinuosidad que se requiere improvisar a cada paso. Serpentear, como lo propone Adriana Rodríguez, es la oportunidad de recoger memorias, retazos del pasado que construyen el presente.
En este libro, la autora juega con la introspección desde una voz personal que emana de sus personajes femeninos narrando los hechos como si hablaran para sí mismas en voz alta y, al hacerlo, regalan a las y los lectores, sus aprendizajes a través de los recuerdos del destierro y el éxodo constante de la comunidad armenia.
Cinco generaciones arman la columna vertebral de recortes que se unen en un álbum familiar que invita a la sanación y al perdón. A manera de guía o de recetas de cocina, se presentan una serie de decretos personales que pretenden otorgar la fuerza para continuar caminando a pesar del dolor, de las distancias, de las separaciones, pero jamás del olvido.
Serpenteando hacia las estrellas, además, nos ofrece una doble lectura: la del cielo y sus míticas historias como guías constantes que aparecen justo así, iluminando la oscuridad.
De estilo autobiográfico, esta propuesta es una invitación a la escritura, al registro de las genealogías, a la documentación de las historias que desde lo particular, son también el reflejo de la historia de una familia, un pueblo, una guerra, un destierro.
Adriana Rodríguez eligió el romance de las líneas curvas para trazar la historia que nos narra y que, definitivamente, no es el camino más fácil ni el más corto pero es un camino que elige sus propias formas y, probablemente, es la ruta indirecta que propone este libro.
“Las mujeres nacidas en ciudad no tienen raíces, buscan constantemente espejos para sentirse alguien, entre vitrinas y metales reflejan sus rostros disfrazados; cada persona es un bloque impenetrable de sueños ácidos y sonrisas fingidas. “
Puebla
Licenciada en Administración Hotelera, (1995, UDLAP) y en Literatura, Periodismo y Nuevos medios digitales. (2019, UNARTE). Escritura creativa. Corrección de estilo.
Títulos publicados:
Cuentos regados como hijos de macho irresponsable en diversas antologías. En solitario: El camino de Fátima, (2020, Editorial Avant, Madrid.)